Cumple seis años García Márquez en el sitio de los inmortales

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Hoy se cumplieron seis años del fallecimiento de Gabriel García Márquez, quien partió al panteón de los inmortales el 17 de abril de 2014, para dejar un amplio legado literario que aún sigue generando seguidores.

La vida del gran Gabo corrió entre las redacciones y la máquina de escribir, desde las cuales construyó infinidad de historias, crónicas, cuentos y, por supuesto, todas sus novelas.

Su nombre completo fue Gabriel José de la Concordia García Márquez y nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Colombia, donde se desempeñó por muchos años como guionista, editor y periodista.

En 1982, García Márquez logró lo que muchos otros escritores han anhelado durante décadas, ganar el Premio Nobel de Literatura, además de otros tantos reconocimientos como el “Rómulo Gallegos”, el “Neustadt”, así como la nominación como “Mejor libro extranjero” en Francia por su “Cien años de soledad”, publicado en 1967, el cual en una sola semana vendió 8 mil ejemplares.

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Su visión política le trajo diversos comentarios negativos, al ser uno de los críticos constantes del llamado “imperialismo” estadounidense y para nadie es secreta su relación de amistad y alta estima con el comandante cubano Fidel Castro, así como con otros tantos personajes mal vistos por el primermundismo.

García Márquez repartió su existencia entre varias naciones, donde vivió y trabajó, pero sobre todo escribió, como en México, Cuba y su natal Colombia.

Después de varias dificultades en su salud, entre ellas un cáncer linfático, el gran Gabo murió en la Ciudad de México.

Entre sus obras se cuentan “La tercera resignación” (su primera publicación en forma) en el diario “El Espectador” en 1947; “La Hojarasca”; “Cien años de soledad”; “El amor en los tiempos del cólera”; “El coronel no tiene quien le escriba”; “Vivir para contarla” y “Memorias de mis putas tristes”, así como una gran cantidad de relatos, reunidos en “Todos los Cuentos”.

El éxito no se lo deseo a nadie.

Le sucede a uno lo que los alpinistas,

que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan,

¿qué hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente,

con la mayor dignidad posible.